Ya no aguanto más. Me había propuesto no hablar sobre la muerte del Papa, pero ya está bien. Esta semana he estado muy liado y no he podido hablar de esto ni escribirlo aquí. Eso me ha causado una acumulación de muchas ideas que no tengo más remedio que poner aquí. A ver si ordeno bien las ideas, porque son muchas.
Empecemos con el papa. La muerte del papa ha despertado un fenómeno que quizá me esperaba, pero que como aquellas cosas que uno espera, pero que también espera que no sean así, vuelven a defraudar y desmoralizar cuando pasan como uno espera. La gente se ha movido en masa hacia Roma. Todo el mundo llora al papa. Se ve por la tele miles de personas echando lágrimas por una persona que ni siquiera llegaron a conocer. ¿Realmente por qué lloran? ¿Porque se ha muerto el papa o
este papa? ¡Si en realidad no lo conocían! Entonces me inclino a pensar que lloran porque se ha muerto el papa... Pero que no se preocupen, dentro de poco habrá otro... Todo esto aderezado con que cada vez la gente es más «pasota», menos practicante, y también menos «creyente», porque en el fondo creen en lo que quieren, y eso no es ser creyente, es ser cómodo.
Aparte del sentimiento de gregarismo que da ver a miles y miles de personas yendo a ver dos segundos al papa azuzados como borregas por los servicios de «protección», uno puede ver
cientos de comentarios en la tele, por ejemplo, diciendo «era un buen hombre», «era un gran hombre»... Y yo me pregunto varias cosas. ¿Por qué era un buen hombre? ¿Por qué era un gran hombre? La gente que dice eso, ¿realmente lo piensa? ¿En algún momento ha llegado por medio del pensamiento a la consciencia de que lo que dice es así? ¿O simplemente lo dice porque se espera de ellos que lo digan? Por supuesto que las respuestas a estas preguntas están claras, lo cual podría dar para mucho hablar sobre el estado de aborregamiento generalizado en el que caemos. Lo individual, el pensamiento propio e independiente no está de moda, al menos en las «masas». De ahí obtengo una conclusión:
la masa es tonta, mediocre, aborregada e hipócrita. También me viene a la cabeza que para ser un «buen papa» hay que, simplemente, viajar mucho, reir mucho, saludar mucho y ya.
Todo esto lo he podido ver gracias a que los medios de comunicación se han pasado
24 horas al día durante estos últimos días hablando del papa y de su muerte. Muy bien. Se han pasado. Simple y llanamente. ¿Realmente el papa es tan importante? Realmente no. Entonces ¿por qué hemos tenido ese empalagamiento de papa? Pues simplemente porque vende. Todas las televisiones se han lanzado en un pacto con el telespectador en el que sólo le muestra lo que sabe que va a ver. El morbo y "lo nuevo".
Esto me sirve para dar una razón más de por qué toda esa gente va: por morbo, por ver cosas diferentes, por salir del aburrimiento: me voy a Roma y así la veo, y de paso veo la capilla ardiente del papa. Pues muy bien. De verdad, me da una confianza absoluta en el género humano. ¿Por qué digo esto de que la gente se guía por morbo más que por respeto al papa? Pues bien, veamos un ejemplo que prueba lo que digo: ayer las autoridades pidieron que por favor no llegaran más peregrinos. Los verdaderos católicos que respetaran al papa y a la Iglesia hubieran desistido de ir, ya que el mogollón que hay en Roma es pequeño... Pero esta mañana oigo en la radio: "La Universidad Católica de Murcia ha fletado un avión para ir a Roma, blah blah". ¡¡Un avión!! Perfecto, respetando al papa, a las peticiones de la Iglesia... Más bien morbo, anteposición de las querencias personales...
El cabreo y la desazón que me ha llevado a colmar el vaso que significa escribir esto hoy es haber visto entrar a Bush en el Vaticano por la puerta grande. Ni colas ni hostias, al tipo le han dejado paso expedito para que se ponga al ladito a rezar. Qué irónico. A rezar. El responsable de
tantas cosas rezando.
Y ahora, si me lo permiten, me voy a quedar a gusto con Bush. Este mequetrefe hacedor de crímenes contra la humanidad, ha admitido recientemente que los informes que tenía sobre Irak eran falsos o malinformados. Pero no nos lo perdamos. Aún así ha hecho una guerra, ha hecho lo que le ha dado la gana en Irak, ha cometido asesinatos, mucha gente ha muerto, civiles sobre todo, le está costando mucho dinero al mundo. Y muchas, muchísimas más cosas que ni siquiera puedo pensar ni expresar. Y sin embargo, le dejan entrar con todos los honores al Vaticano. Muy bien. Eso también me da mucha más confianza en la Humanidad. Y finalmente, como no podía dejar pasar, la oposición española tan cabreada porque Zapatero no tenga buenas relaciones con Bush. A Bush deberían juzgarlo en el Tribunal Internacional de Derechos Humanos. Y no lo digo como ninguna broma.
La muerte del papa, la verdad, ha servido para que me diera cuenta de muchas cosas. Vamos, que se pueden analizar muchas cosas del asunto. Por ejemplo, continuando con nuestro amigo Bush, recordaré que una de sus frases preferidas era que con la guerra de Irak, «el mundo era ahora más seguro». Sinceramente, hago esta pregunta. ¿Hay ahora alguien que piense eso? Ni él lo piensa. Se me cayó el alma a los pies cuando vi el dispositivo de seguridad que se había montado para la llegada de líderes internacionales al funeral del papa... Misiles antiaéreos, ¡¡¡misiles antiaéreos!!! Miles y miles de policías... ¿Pero en qué mierda de mundo hipócrita y de cartón piedra vivimos? Sinceramente, ¿no se da cuenta todo el mundo de que por culpa de Bush las cosas nunca volverán a ser lo que eran? El libro de Gonzalez y Cebrián lo decía muy claro. Siempre hay visionarios. (Aquí una nota importante. Alguien me puede decir que el mundo lo han cambiado los atentados terroristas. Por supuesto, ni que decir tiene que condeno como el que más los atentados terroristas. Pero también veo que la política exterior americana, extorsionando a todo el mundo e imponiendo un imperialismo galopante, ha propiciado que se levantaran masas. Igual que condeno los atentados, condeno a los americanos por este tipo de política expoliadora mundial. Ahí queda eso.)
Pero hay más. La muerte del papa no tiene desperdicio. Las miserias de la Humanidad continúan... Ahora obispos, curas, curillas y cualquiera con autoridad eclesiástica está de moda. De entre las miles de misas alabando la persona del papa, he oído una y otra vez que «se va a acelerar el proceso de beatificación del papa». Pero ¿de qué hablan? Hasta donde yo sé, se tiene que haber probado que la persona beatificada ha realizado al menos dos milagros. ¿Qué milagros ha hecho el papa? Por favor, que alguien me lo diga. No me entra ni por una neurona de la cabeza cómo no se da cuenta la Iglesia de lo patético de su condición. ¿Alguien en su sano juicio y que realmente se considere orgulloso de ser como es se cree que Juan Pablo II ha hecho milagros? De verdad, debe estar algo tarado. Pero amigos, la cosa seguirá. Lo beatificarán, lo harán santo, la gente rezará por él, y todo pasará sin pena ni gloria. El aborregamiento y la falta de pensamiento propio proseguirá y todos tan contentos. De verdad, me ha defraudado la «masa».
Para terminar, quiero citar un comentario que encontré hace unos días en
Planet Murcia sobre el tema que me sorprendió. No pensaba que nadie se iba a atrever a ir contra la masa. En concreto fue
este post encontrado en la Bitácora de María del Mar:
La religión, en general y en particular, dejó de significar y tener presencia en mi propio discurso (al menos consciente). Esta es mi declaración de intenciones. Por tanto, no hay significación alguna sobre la figura del Papa o la de ningún otro representante religioso. La figura del Papa como jefe de Estado sólo nos hace recordar que el Estado Vaticano es un estado antidemocrático, que mantiene la discriminación entre hombres y mujeres, no respeta los derechos humanos y que basa su poder en una jerarquía antidemocrática.
La filosofía como forma de aprender a pensar pensando.
Me alegro de no estar solo.